Sant Mateu durante el dominio de la Orden del Hospital
En 1244, sólo siete años después de que el Maestre del Hospital Hugo de Fullalquer concediera la carta de población, éste obtuvo de manos del rey Jaume I el derecho de celebrar un mercado con carácter semanal. Ya en 1255 se obtenía también el privilegio de llevar a cabo una feria anual. Se trata, en ambos casos, de unas de las primeras concesiones de este tipo que se realizan en el contexto valenciano, y todavía en plena campaña de conquista al sur del río Xúquer.
Por lo que corresponde al desarrollo urbanístico, hacia 1257 ya encontramos población viviendo fuera del recinto inicial de la Suda. Concretamente, cuatro familias se establecen en lo que en la actualidad conocemos como la Plaza Mayor, donde ya se trabajaba en la edificación de la primitiva iglesia románica. A partir de 1271, la Plaza queda configurada, a grandes trazos, del mismo modo que podemos ver en la actualidad: se levantan los porches que circundan todo el espacio central. Este proceso de expansión urbanística culminará, hacia la década de 1370, con la finalización de las murallas de la villa.
Desde entonces, y hasta nuestros días, el centro neurálgico de la población se establece en la nueva plaza asentada en el llano, cuadrangular y porticada, en la que se encuentran los edificios comerciales (carnicería, pescadería, tienda, almacén de grano), y desde la que arrancan las principales calles.
En lo económico, es muy significativo que la feria de la villa coincidiera aproximadamente con el período del esquilado de las ovejas. De hecho el pastoreo, y consecuentemente la trashumancia, y la manufactura de la lana, estarán íntimamente ligadas a la historia de Sant Mateu, y son la causa principal de la importancia de la villa en el contexto valenciano bajomedieval.
En cuanto a la trashumancia, se sabe del tránsito de ganado hacia dos zonas geográficas de veranada: amplios sectores de la actual provincia de Teruel y, cruzando los Pirineos, las regiones francesas del Ariège y el Aude. Estos últimos movimientos trajeron consigo a algunos de los últimos cátaros que, durante las primeras décadas del siglo XIV, establecieron una pequeña comunidad en Sant Mateu huyendo de la Inquisición.
Al mismo tiempo, y con el objetivo de extender y proteger los pastos invernales de los movimientos trashumantes inversos, la población se esforzó en obtener la delimitación de amplias zonas de la bailía de Cervera para uso y aprovechamiento exclusivo de los diversos pueblos que componían este distrito.
Hay que añadir que, como vasallos de la Orden del Hospital, los avecindados en Sant Mateu gozaban de exención de impuestos para comerciar con las villas y ciudades de domino real. Este derecho contribuyó decisivamente al crecimiento de la actividad económica ligada a la ganadería lanera, y al comercio de sus productos.
Todo ello es causa para que la población de Sant Mateu se sitúe, en 1320, alrededor de los 4.500 habitantes, siendo la quinta población más grande del Reino de Valencia.